Jordi Roldán.











Nací en Sabadell en 1975). Soy médico radiólogo y trabajo en Palma de Mallorca.
Tengo el blog http://habitacioarles.blogspot.com/
Acompaño dos relatos de la serie que saco en el blog con periodicidad arbitraria. Se titula Northern exposure tuneada, y está basada en la serie que aquí se tradujo como Doctor en Alaska.


NORTHERN EXPOSURE TUNEADA vol 4.

Maurice cada vez hacía más recortes económicos en la emisora, no en vano se había gastado parte de su fortuna en comprar el scáner que le convertiría en el nuevo Rodríguez de la Fuente virtual de Alaska. Por cierto, durante los rodajes de las carreras de trineos, conoció al etólogo español, y posiblemente desde entonces, le entró la curiosidad por la fauna local, aunque desde otro punto de vista más pragmático, dicho de forma eufemística.
El hecho es que Chris apenas podía comprar nuevo material musical para la K-OSO, así que se tenía que montar la vida bajándoselo por el emule, gracias a la excelente red wifi que había generado el gobierno americano, (bendito Chenney Junior Junior, secretario de defensa, orden cívico y telecomunicaciones). Lo hacía habitualmente por las noches, y en eso no hay nada especial ni único, lo que probablemente le distinguía del resto, era que se quedaba mirando cómo los bits de información iban llegando a su ordenador y cómo aquellos cambios de color de la barra horizontal indicaban la velocidad y el estado de la descarga. Le parecía un proceso mágico e inexplicable "ceros y unos transformados en notas musicales que emocionan, y que evocan sensaciones y sentimientos inolvidables... si Chesterton lo viera, seguro que compondría unos versos". No se bajaba más que una pieza por noche, porque lo consideraba una creación, y le gustaba difrutar con el proceso. Era su construcción musical personal. En la madrugada de hoy, estaba deleitándose como, A brisa do coraçao de Dulce Pontes, viajaba por los cables eléctricos a su portátil, desde no sabía donde a su pueblo lejano, en el norte del continente americano, pérdido entre las nieves y los perros Husky, para transformarse en el recuerdo de aquel día en el que fue besado por última vez, y ella le dio la brisa de su corazón, su aroma más íntimo, el tiempo de su alma y la certeza de que como el viento, siempre acaba volviendo.
Cada noche, antes de empezar a conectarse para conseguir otra canción, terminaba el programa dándole las gracias a Maurice por haberle descubierto la belleza en forma de impulsos eléctricos. Horas más tarde, Chris se dormía encima de la mesa del estudio. Como era prácticamente diario, compró una almohada a Ruth-Anne, de esas ergonómicas, el último grito en tecnología para el descanso, "seguro que antes los astronautas ya la han probado y validado, tal vez ésta, incluso tenga partículas de algún transbordador espacial, del Columbia por ejemplo". Chris respondió rápidamente, gestualizando como si estuviera ya en el aire, "es muy probable Ruth-Anne, los clásicos ya lo decían, somos polvo de estrellas. Whitman y lo cito de memoria acababa su poema cosmos con una idea relacionada: el pasado, el futuro, morar allí, como el espacio indisolublemente juntos. Quizás sea eso, a fin de cuentas, lo que somos. Partículas de naves espaciales, carbonos de carbonos de cenizas de cenizas de otras cenizas de plantas que ya no existen, o animales... o ceros y unos ordenados aleatoriamente...como las canciones de ahora".

NORTHERN EXPSOURE vol 8.

Se abrigó con las prendas más calientes que tenía, gorro de piel de alce, buffer en el cuello y hemicara inferior, guantes homologados por alpinistas del Himalaya, calzones largos de algodón debajo de pantalones para esquiar en las rocosas y las últimas botas con tecnología aeroespacial de la tienda de Ruth-Anne. Cogió varios paquetes de rubio americano, frutos secos y siete botellas de cerveza holandesa, una linterna que enganchaba en las cremalleras de su cazadora de cuero negra para leer las Confesiones de san Agustín, por influencias de Chris, la moleskine negra de tapa dura y el bolígrafo de punta fina del 0.5, azul y marca Uni, para escribir lo que brotase de su imaginación. La medianoche de los domingos la dedicaba a observar el río que pasaba a escasos kilómetros de Cicely. La leyenda contaba que a partir de las doce las aguas fluviales llegaban a un momento de éxtasis tal, que quedaba totalmente en silencio, como durmiendo. El ruido de los rápidos y el oleaje escaso de la orilla, se convertían por arte de magia en una dulce música de sonata nocturna con sonidos vacíos. Era entonces cuando las musas acudían en su ayuda y creaba los guiones más indie que pudiera imaginar, aquellos de los que los directores underground se nutrían. Esa noche fue bien especial. A escasos metros suyos creyó ver una sombra de un tipo con un sombrero vaquero. Instantes después la sombra se transformó en persona. Buenas noches, se le presentó educadamente. Buenas noches, le respondió Ed. ¿Qué le trae por aquí señor Redford? preguntó mientras con la mano derecha le ofrecía una cerveza. Estaba buscándote. He pasado por el bar de Holling y me ha dicho que estabas a la vera del río, como cada noche de domingo. Pues sí, señor Redford, es mi santuario semanal, aquí dejo volar la imaginación y me descargo de los sinsabores semanales, le contestó Ed, con el rostro de impasible amabilidad habitual. Venía a hacerte una propuesta, quiero crear un festival de cine alternativo, ya sabes, algo con lo que contrarestar al starsystem, y pensé que tal vez tú tendrías alguna idea. Yo hace tiempo que vengo pensando en algo así señor Redford. No estaría de más que guionistas y directores marginales tuvieran un lugar para promocionar sus creaciones. Lo ubicaría en un lugar totalmente aburrido, poco glamuroso, tal vez freak, lejano en el tiempo y el espacio, entre montañas y lagos, como por ejemplo Utah, para subrayar las diferencias con L.A. No es una tontería eso que dices Ed, le contestó Robert. En esos momentos la luna o el sol, debido a la latitud y la hora era difícil de diferenciar, se reflejaba sobre el río, como en una especie de danza corpuscular. Yo ya he pensado el nombre y todo, ¿qué le parece Sundance (http://www.sundance.org/festival/) señor Redford?. Suena muy bien Ed. Pásame un pitillo, esto puede ser el principio de una gran amistad.
Horas después le despertó el sonido del río y los ténues rayos del sol . Recogió los cascotes de las botellas, las colillas del suelo y se dirigió a la K-OSO. Chris, que todavía estaba medio dormido después de otra noche en vela, en esta ocasión, observando como se bajaba en el emule "Esplendor en la hierba", que no era un poema del tío Whalt, sino una canción de Sr Chinarro, se sorprendió al ver a Ed tan ilusionado y despierto. Ei Chris, no sé si esta madrugada he hablado con Robert Redford, o lo he soñado. ¿Cómo lo puedo averiguar?. Uff, no sé Ed. Yo hace tiempo que sueño o hablo con un hermano gemelo y tampoco soy capaz de distinguirlo. Habrá que preguntárselo a Joel, aunque esté de viaje, creo que llevaba un móvil para localizarlo. Qué te parece si después de tomarnos un café le llamamos. Seguro que está encantado de hablar con alguien, y a ver si nos da una explicación razonable.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos dos capítulos no los recordaba. Ahora sí.

Moltes gràcies, mestre

Una abraçada

ETDN dijo...

Enhorabuena, Jordi.

Acabarás publicándolo algún día, seguro.

Besazo

Jordi Roldán dijo...

Gràcies a tu Wil, moltes gràcies en serio.

*

M, la primera persona a la que le gustaron estos escritos y me lo hizo saber. También muchas gracias, por lo ánimos y por tus comentarios off the record, and I hope so.

Sergi Bellver dijo...

La primera vez que supe del taller de tunning literario de Jordi fue por un comentario de Agustín Fernández Mallo en el Diario de lecturas de V. L. Mora. Mirando hacia atrás —ya ha llovido—, me parece curioso (de la Nocilla a Alfaguara, de la órbita outsider al eje de la rueda). En el presente además puedo contar con un amigo. Pero pensando en futurible, no me sorprenderá nada cuando cierta habitación pase de sus girasoles de Arles al papel.

Dale duro, Jordi, dale duro y no cejes.

Me ha encantado ponerte cara, además, si se me permite la licencia.

Jordi Roldán dijo...

Te echaba de menos Sergi.

Bien sabes que mi ilusión por escribir tiene buena parte de gasolina en tu aliento, en tus palabras y en las oportunidades que me has brindado.

Espero no cejar y continuar,lo espero con tu aliento y con tu crítica siempre acertadas y respetuosas.

Muchas gracias por creer en estos tunnings algo extraños. Gràcies de tot cor.
Una abraçada forta.

*

Y Miguel, de nuevo mil gracias. Te las di en mi blog (o bitácora que está Sergi encima) y "personalmente" a través del mail. Hay cosas que no se pueden pagar con dinero, y lo que haces es una de ellas. Enhorabuena.